martes, 10 de abril de 2012

Oporto. Por angelabrelatas.

Rio Duero a su paso por Oporto. Hacer clic para ver más.

Casi dos millones de personas viven en el área metropolitana de Oporto, la ciudad de los puentes, las gaviotas, las cuestas y por supuesto el vino. Hemos estado tres noches en la ciudad aprovechando las fiestas de Semana Santa. Por cierto, parece que por aquí no se da tanta importancia al Jueves y Viernes santo. Las fiestas en las que cierra toda la ciudad son el Domingo y Lunes de Pascua.

El apartamento en el que estuvimos tenía una ubicación privilegiada, con unas vistas al río Duero, a Gaia y al puente de hierro de Luiz I. Era muy amplio y con decoración original. Como todo, tenía su pega: las habitaciones no tenían paredes y se oían todos los ruidos: ronquidos, quejidos, suspiros y medias vueltas el la cama. Las noches debieron ser un infierno con tanto barullo. Aunque, al final, algunos conseguimos dormir más o menos bien.

Vista nocturna de Vila Nova de Gaia desde el apartamento

La ciudad, situada en la ribera del Duero, es una sucesión de cuestas y escaleras. El casco histórico está declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Está un tanto descuidado. Hay muchas casas en ruinas y solares con las casas derruidas. Toda la ciudad vieja tiene el suelo empedrado, tanto la calzada como las aceras. Se ve bastante suciedad y mucho indigente por la calle, aunque no se tiene sensación de inseguridad. También abundan los turistas, españoles y portugueses sobre todo. A pesar de todo lo dicho anteriormente, la ciudad tiene mucho encanto, quizás por que nos recuerda a muchas de nuestras ciudades españolas de no hace muchos años: el estilo de los escaparates, la vida en la calle como si fuese un pueblo, la amabilidad de sus gentes.


En cuanto a la comida, fuimos de menos a más: de un primer día en el que no acertamos con el sitio elegido y terminamos marchándonos del restaurante sin comer tras más de una hora de espera, hasta el último día en Viseu (agradable ciudad) en el que comimos un excelente pulpo a la brasa y bacalao a bras por lo que junto con una sopa de verduras, postre, café y bebida pagamos cinco euros por persona. Nos pusimos "pintos" a dulces. Los vinos, en general, excelentes tanto el Oporto como el vihno verde. Para más información preguntar a Logi. 

Calle del centro de Guimaraes

También hicimos visitas a las ciudades de Guimaraes (orgullosos de ser la cuna de Portugal) y Viseu. Ambas son ciudades monumentales muy interesantes. Muy cuidades en claro contraste con Oporto. Tenían pinta, en lo cuidado, de ciudades centro-europeas. Aunque Viseu también tenían ese ambiente de antaño en sus comercios. 

Escaparate con vestidos de comunión. Viseu.

En definitiva, un viaje muy agradable y que abre muchas posibilidades para próximas visitas al país vecino. Recomendable.
¡Lo olvidaba, precios en general asequibles! (Excepto la "clavada" en la terraza del primer día en Oporto. Por no mirar precios)