Rio Duero a su paso por Oporto. Hacer clic para ver más. |
Casi dos millones de personas viven en el área metropolitana de Oporto, la ciudad de los puentes, las gaviotas, las cuestas y por supuesto el vino. Hemos estado tres noches en la ciudad aprovechando las fiestas de Semana Santa. Por cierto, parece que por aquí no se da tanta importancia al Jueves y Viernes santo. Las fiestas en las que cierra toda la ciudad son el Domingo y Lunes de Pascua.
El apartamento en el que estuvimos tenía una ubicación privilegiada, con unas vistas al río Duero, a Gaia y al puente de hierro de Luiz I. Era muy amplio y con decoración original. Como todo, tenía su pega: las habitaciones no tenían paredes y se oían todos los ruidos: ronquidos, quejidos, suspiros y medias vueltas el la cama. Las noches debieron ser un infierno con tanto barullo. Aunque, al final, algunos conseguimos dormir más o menos bien.
Vista nocturna de Vila Nova de Gaia desde el apartamento |
La ciudad, situada en la ribera del Duero, es una sucesión de cuestas y escaleras. El casco histórico está declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Está un tanto descuidado. Hay muchas casas en ruinas y solares con las casas derruidas. Toda la ciudad vieja tiene el suelo empedrado, tanto la calzada como las aceras. Se ve bastante suciedad y mucho indigente por la calle, aunque no se tiene sensación de inseguridad. También abundan los turistas, españoles y portugueses sobre todo. A pesar de todo lo dicho anteriormente, la ciudad tiene mucho encanto, quizás por que nos recuerda a muchas de nuestras ciudades españolas de no hace muchos años: el estilo de los escaparates, la vida en la calle como si fuese un pueblo, la amabilidad de sus gentes.
En cuanto a la comida, fuimos de menos a más: de un primer día en el que no acertamos con el sitio elegido y terminamos marchándonos del restaurante sin comer tras más de una hora de espera, hasta el último día en Viseu (agradable ciudad) en el que comimos un excelente pulpo a la brasa y bacalao a bras por lo que junto con una sopa de verduras, postre, café y bebida pagamos cinco euros por persona. Nos pusimos "pintos" a dulces. Los vinos, en general, excelentes tanto el Oporto como el vihno verde. Para más información preguntar a Logi.
Calle del centro de Guimaraes |
También hicimos visitas a las ciudades de Guimaraes (orgullosos de ser la cuna de Portugal) y Viseu. Ambas son ciudades monumentales muy interesantes. Muy cuidades en claro contraste con Oporto. Tenían pinta, en lo cuidado, de ciudades centro-europeas. Aunque Viseu también tenían ese ambiente de antaño en sus comercios.
Escaparate con vestidos de comunión. Viseu. |
¡Lo olvidaba, precios en general asequibles! (Excepto la "clavada" en la terraza del primer día en Oporto. Por no mirar precios)