lunes, 27 de febrero de 2012

Cine. Por angelabrelatas.

Esta noche ha sido la de los Oscar. Ninguna de las dos películas triunfadoras me ha entusiasmado. No están mal. Sin más. Espero ver alguna de las otras para opinar.

Os pongo un enlace a uno de los cortos de animación que estaban nominados. A ver que os parece:

http://www.youtube.com/watch?v=Adzywe9xeIU

A mi me parece que está bastante bien.

jueves, 23 de febrero de 2012

Sierra de Las Quilamas. La Honfría. Por angelabrelatas.


El pasado domingo hicimos una ruta por la sierra de Las Quilamas alrededor de Linares de Riofrío. Tuvimos un día frío pero muy soleado y seco. Caminamos unos diez kilómetros por un terreno bastante fácil. Vimos espectaculares paisajes, mucho castaño, alguno centenario,  mucho roble pelado y muy poco agua. La sequía se nota mucho por estos lares.

Al final, en Linares comimos unos espectaculares pinchos en el bar de siempre: el mejor uno de paella muy generoso y el de bacalao "a bras"










Hasta otra. Os dejo unas fotos que también he subido a Picasa.

lunes, 20 de febrero de 2012

Restaurantes: ser críticos. Por Cocolis.

Cuando vamos a un restaurante, no debemos conformarnos con cualquier trato, con cualquier cosa. Todo nos parece bien con tal de no tener que reclamar y estropear ese rato en el que hemos decidido pasarlo bien. En realidad no hay porqué reclamar sobre los parámetros que voy ir desgranando a continuación, pero sí hay que ser críticos para luego, en próximas decisiones, volver allí o no y sobre todo dar esa información a los allegados para que ellos mismos decidan si merece la pena ir a esos sitios de los que les hablamos.

Está claro que hablamos de restaurantes de una mínima categoría, de un precio desde razonable, pero incluso, ¿porqué no? de tascas donde dan ciertas tapas elaboradas y mesones que ofrecen menús a su manera, porque hay algunas cosas que no necesita más que voluntad y profesionalidad para conseguirlo, como la limpieza, la educación y que la materia prima esté en buen estado.

Cuando vamos a un restaurante, solemos llamar por teléfono para reservar y este es el primer contacto con la empresa. Este teléfono debe existir, deben contestar y tratarnos amablemente, entender lo que les decimos y tomar nota fidedigna de la información que les hemos dado sobre hora y día, número de personas, etc y deben ofrecerte una situación de la mesa, una determinada sala u otras cosas que puedan ser interesantes para el cliente, e informarte de las "sorpresas", como si cobran por el descorche o por el cubierto o cosas así que se están poniendo de moda y que luego nos da un disgusto. Y por supuesto, no deben decir que nos demos prisa en decidirnos, que tienen mucha demanda y que podemos quedarnos sin mesa. También tenemos ciertas obligaciones, que nuestra información haya sido fidedigna, siempre puede haber una baja de última hora o un alta incluso, que no estaría de más anunciar, y llegar a la hora dicha o por lo menos a una hora moderada en la tardanza.

Desde la recepción de los comensales, hasta que te atiendan es normal que pasen unos minutos, pongamos ¿cinco?, y si es más deben dar explicaciones y hacer que tu espera sea lo más agradable posible, ofreciéndote un lugar cómodo para esperar, y no estaría de mas ofrecer un aperitivo por cuenta de la casa. El Maitre, Jefe de sala o Camarero ad hoc, debe acompañarte a la mesa y no decir "esa de ahí o cualquiera de esas" y debe acomodarte y hacerse cargo de los abrigos o decir dónde los puedes dejar, que esa es otra, no deben permitir que no tengas más opción que cenar con el abrigo en el respaldo de la silla. Lo mejor sería que empezaran trayendo la carta. Y lo que no deben hacer nunca es dejarte abandonado. Para eso hay trucos que te hacen sentir que se acuerdan que estás ahí, como traer la carta, traer la cartas de vino, elegirlo, poner el agua, poner el vino, traer un aperitivo, dejando pasar entre un servicio y otro unos minutos que al final suman media hora, suficiente para que haya quedado personal libre que te atienda definitivamente.

La carta debe ser breve, sencilla, y de temporada, esto es variarla al año unas tres o cuatro veces, aunque el restaurante esté especializado en platos que siempre van a estar ahí, pero habrá otros que se elaboren aprovechando la estacionalidad, ciertos pescados, cierta caza o verduras del momento. Y debe haber existencias de lo que allí ofrece. Es normal que no le haya entrado al chef un buen producto en particular y prefiere fallar ahí que presentar un plato que no esté a la altura de su arte, que es en definitiva el nivel del restaurante. Pero no más.

De los vinos digo lo mismo, puede fallar alguna referencia por causas de no mermar calidad, pero lo demás debe estar.

En algunos restaurantes nos dan a probar el vino que hemos pedido, se debe mostrar la etiqueta para comprobar que es el vino que hemos pedido y que la añada es la correcta. En vinos jóvenes pediremos siempre la última que exista, mínimo del año anterior, e incluso puede haberlo del mismo año si ya va muriendo éste. Hay que rechazar una añada de más de un año de diferencia. Si es roble, si puede ser de más de un año de diferencia, si es Crianza, Reserva o Gran Reserva, habría que saber cuánto tiempo reserva esa denominación de origen, y pedir lo más próximo al año de embotellado, salvo que te recomienden una añada por su excepcionalidad y garantizándonos que en su bodega el vino se conserva correctamente. Cuando has afirmado que aceptas la botella, esta debe ser abierta delante del comensal, no deben llevársela y volverla a traer, mucho menos abierta, y te dan a probar. Eso nos avergüenza porque no queremos ir de entendidos, pero ¿porqué no vas a hacer todas las cucamonas que te de la gana?. Pero no es necesario, en realidad no somos capaces de detectar que el contenido se corresponde con lo anunciado, pero sí que nos puede gustar hacer la ceremonia y sobre todo comprobar que no está estropeado, y si se trata de restaurantes de postín, comprobamos que no nos hemos equivocado y que marida con la comida que vamos a pedir. Pero ahí va el detalle, cuando el camarero escancia el vino, ya podemos observar el color, la trasparencia y el cuerpo y si un vino tira cuerpos sólidos y está negro, pues está estropeado, te lo acercas a la nariz y da tufo de vinagre, te mojas los labios y está ácido. Se dice al camarero y éste no debe pretender convencerte de que el vino está bueno, lo retira, te trae otro y vuelta a empezar.

Si te da la gana, pues haces la cata: arimas la nariz, contrastas contra la servilleta, das unas vueltas, vuelves a oler, lo degustas dando unas volteretas por la boca, lo tragas y dices "uh, qué bueno". El Camarero piensa "qué gilipollas" y ya está. Haces lo que te da la gana que para eso te das el gusto.

De las cartas ya hemos hablado más arriba, pero no de los "platos fuera de carta", algo muy chic, que se llevaba mucho hace nada y que ahora vuelve a sus orígenes, es decir, cuando al Maestro le entra en la cocina un producto excelente y decide aprovecharlo. Lo que suele suceder, es que queda muy profesional, parece un trato especial y no sabemos lo que cuesta, hasta que te llega la cuenta, claro y el palo es curioso. Se acerca el maestresala, mira a derecha e izquierda y dice "Señor, me ha entrado un rodaballo salvaje excepcional", y vas tú y dices "Venga, a ver si es verdad" y van otros dos o tres comensales y dicen "uh, yo también y yo, y yo" y tacatá. Por cierto, donde más porcentaje se saca es en los productos más baratos, ya que a estos les pueden quintuplicar el coste sin que te llame la atención, por ejemplo, una botella de 1.5 euros puede costar en carta 15 euros, pero a una de 25 no pueden ponerla a más de 40. Bueno, sí que pueden, pero también pueden poner un león en la puerta. Donde más porcentaje sale es en sopas, ensaladas, postres y vinos asequibles de precio. ¿Qué quiero decir? Nada, eso es así.

Los platos deben ser servidos a la vez. Y al finalizar la comida, no deben llevarse el vino.

La mesa debe estar bien puesta, las servilletas sin decorar la mesa, así como encima del plato, los cubiertos deben ser todos iguales, lo mismo que la vajilla y la cristalería. Cuanta más calidad tengan estos pues mejor. El espacio entre comensales debe ser suficiente, lo mismo que entre mesas.

El personal debe ser amable, educado y limpio y no dar la tabarra. Deben estar bien uniformados y no deben caérsele los pantalones, ni llevarlos más largos de la cuenta ni llevar zapatones de andar por la calle.

Las raciones no tienen porqué ser demasiado abundantes. Es preferible pedir algo que no suelas comer en casa y gozar de la delicia y de la dificultad. Para no quedarte con hambre comes en casa. Lo típico de las bodas "y me quedé con hambre". Pues te jodes y te vas a tu casa y te comes un nabo cocido. ¡Gañán!. A las bodas casi que no se va a comer, se va a acompañar a los contrayentes y éstos te dan de comer, no te van a alimentar. Además, te lías a hablar y no caes en la cuenta de la esquisitez. Y con tanta gente bastante hacen con lo que hacen y gracias si te llega el plato caliente y no te manchan el traje.

¡La cuenta!: debe estar bien detallada, clara, sin sorpresas de Descorche, Servicio, Cubierto y otras monsergas que sólo sirven para cobrar por nada. Hay que mirar en la carta la letra pequeña y los finales que es donde suele aparecer. Y no estaría demás que si va a ver sorpresas te lo anuncien claramente. La cuenta debe venir tan pronto como sea posible, no dejarte abandonado pensando que es mejor atender otros clientes, que no te vas a ir. Muchas veces te tienen secuestrado.

Debes ser acompañado a la puerta. Adiós.

martes, 14 de febrero de 2012

Ayer nevó ... Por angelabrelatas


Ayer heló. La piscina de nuevo cubierta de hielo. -7º ó -8º durante la noche y apenas 2º ó 3º durante el día. ¡Qué bonito, todo blanco y cubierto de hielo! Lástima que sea el decimocuarto día consecutivo que prácticamente no pasamos de cero grados en todo el día. La semana pasada se nos congeló el agua de las tuberías y tuvimos que pasar un par de horitas al intemperie, calentando el contador del agua con un soplete para volver a tener agua en la casa. ¡Qué campestre!


Las plantitas del jardín, o congeladas o sin asomar por ningún lado. Tienen frío. El sábado salimos a tomar unas copitas. -5º a la una de la madrugada. No sentíamos las orejas, no sé si por el frío o por los chupitos de orujo. Afortunadamente el sol sale a menudo y sus rayos nos animan a asomar la nariz a la calle en busca de un poquito de calor: falsa esperanza, en cuanto sales un viento frío del carallo te congela hasta las meninges. El Tormes medio congelado. Si esto se agudiza puede que se congele del todo.


En fín, ánimo. Maldonado nos dice en su página del tiempo que sólo nos quedan otros catorce días de heladas siminares. Ya vendrá la primavera. Si se atreve.

¿¡Ayer nevó ... !!

domingo, 12 de febrero de 2012

A gozar. Por cocolis.

Es curioso, solemos ser muy exigentes y críticos unas veces y nos importa poco otras tantas, y no se en realidad a consecuencia de qué. Me refiero a la hora de consumir para el ocio. Seguramente se trata de que si es uno mismo el que debe reclamar, nuestra respuesta es que no importa, que no vamos a estropear la velada discutiendo con el camarero, pero si el que debe reclamar es otro, se lo exigimos como si fuera un derecho irrenunciable. Por lo general nuestro sentido crítico es muy bajo y nos conformamos con cualquier cosa. Pero hay una serie de cuestiones que debemos tener en cuenta a la hora de elegir un producto, que por lo general nos da igual, pero que sin embargo, si nos fijamos mínimamente, la diferencia es bastante grande.

El vino.

Cuando compramos una botella de vino, solemos decidir si lo queremos blanco, tinto o rosado, o si queremos una región, por lo general Rioja o Ribera. Pues yo creo, que lo primero que debemos decidir es comprar o pedir el vino de la región en la que nos encontremos en ese momento, salvo que estemos en casa. Tienen más variedad, será más barato y estará mejor conservado. Ahora mismo todas las denominaciones de origen están haciéndo extraordinarios vinos y es una pena obviar vinos del Bierzo, Cigales, La Manchuela o Valdeorras por ejemplo porque nos parecen de segunda de toda la vida.
Por otro lado, nos importa poco la añada, y no me refiero a que vayamos por la vida con un cartoncito, que alguna vez a caído en nuestras manos, que dice cuales han sido las mejores añadas de todas las denominaciones, no, se trata de elegir el vino del año más moderno, porque el tinto joven y la mayoría de los blancos y rosados deben beberse del año anterior al que estamos. Y tú te preguntas "¿y qué más da si no lo voy a notar?" y yo te contesto "¿y qué mas te da cogerlo del 2011 que del 2010 si lo tienes detrás de las botellas del 2010?. El vino tiene una vida, y cuánto más reservado ha estado el vino, más larga es esa vida. La del vino joven es de un año. El vino de reserva aumenta en calidad en botella, se afina que dicen, luego viene su caída y después de unos cuatro o cinco años se estropea, con que digamos que dos años después de embotellado está en su momento óptimo, pero ¿cómo ha sido guardado ese vino?, ¿eres tú capaz de guardarlo a temperatura adecuada y constante?.
Yo prefiero comprarlo en la grandes superficies, tienen gran variedad y hay mucha salida, lo que facilita que el vino no envejezca en la estantería. Puedes comparar precios, conocer las distintas denominaciones y ver cuales son los años por donde van las crianzas, aunque no todas las denominaciones reservan la misma cantidad de tiempo. Pero por ejemplo, si estás indeciso entre un vino joven y otro, compra el más nuevo, y si es de crianza dentro de la misma denominación, también.
 Es decisivo que el vino tinto se abra por lo menos una hora antes de consumirlo porque la diferencia es grandísima. ¿No te ha ocurrido que estás en una comida charlando y empieza a saberte bien el vino? Y consúmelo a la temperatura adecuada, a unos 18 grados, aunque suele venir en la botella. También pone en la etiqueta "Contiene silfitos" Aaaggg, está hecho con polvos. No, el 99% lo lleva, se usa para controlar la fermentación. Además eso del vino con polvos es una patraña. Hay excedente de vino, es más barato hacer vino con vino, lo que sucede es que el 80 % de la uva es blanca, mientras el 80% del vino es tinto. ¿Qué sucede? Pues que el vino de mesa se hace con vino blanco y un concentrado de vino tinto.
Resumen: compra o pide el vino de la región donde estés y el más nuevo. (Si en un restaurante caro te ponen un vino joven de hace más de un año recházalo). Ábrelo una hora antes y sírvelo a la temperatura adecuada.

El aceite.

Debe ser del año. Cada año se varea y se hace aceite. En realidad no sabemos de qué año nos estan vendiendo el aceite en la tienda porque no es obligatorio ponerlo en la etiqueta. El aceite se enrancia, prácticamente no tiene un punto álgido, desde el comienzo va perdiendo. De modo que el consejo es el siguiente: coges las páginas amarillas, miras las cooperativas más cercanas a tu casa y vas allí y compras el aceite que vas a usar en el año, unos quince litros. Debes elegir si lo quieres virgen extra o virgen y asegurarte que es del año en curso. Está a unos 2.80 Euros/litro.
El proceso del aceite es el siguiente: se muele y el primer aceite que sale es virgen extra. Se va midiendo la acidez y cuando llega a 0'9 deja de ser extra (0'4 de media) y pasa a ser virgen que viene a ser unos 20 ctms más barato. Luega ya viene el refinado y el de orujo. Seguro que no vas a notar la diferencia entre extra y virgen. Y dejaos de monsergas, se usa para todo y punto. Lo único, que las mayonesas salen verdecitas y muy fuertes. Mejor con uno refinado.

El café.

La diferencia sustancial en el café está en el molido. La diferencia estriba en que sea cuanto más fresco mejor y cuánto menos tiempo pase después de molido, también mejor y que sea recién hecho.
Se suele decir que la mejor cafetera es la de presión, pero hay degustadores que piensan que esas cafeteras queman el grano y que saben a madera quemada. Hay quienes incluso creen que es mejor que sea de melita, otros que la de émbolo, otros la italiana. en fin, para gustos. Yo tengo una de cacillo pero sin bomba de presión y uso dos cafés Saimaza mezcla y Colombia natural arábica 100% de El Corte Inglés.

Los puros.

Nos fumamos un puro y estamos tan contentos. Pues la madre del cordero radica en lo de siempre, que sea lo más fresco posible. Cuando vamos a comprar un puro debemos ver primero de cuánto tiempo disponemos y elegir una vitola (largo y ancho) adecuada a ese tiempo y qué paladar vamos a tener, ya sea después de comer, cenar o no habiéndo ingerido nada, porque puede sabernos muy fuerte o no apreciar sabor alguno. Por ejemplo, los habanos son más fuertes y picantes y los centroamericanos más suaves y aromáticos.
Es primordial que el estanco tenga una cava de puros, porque sino da igual uno que otro. Hay que tener los reflejos suficientes para cambiar la decisión de última hora si la caja está en las últimas. El puro de una caja nueva es radicalmente mejor. El puro debe presentar un buen aspecto, no tener manchas ni rotos. Los buenos puros tienen una presencia muy igual, las cajas no deben presentar puros más oscuros o más claros, como cuando pedimos una breva de Quintero, que te salen los puros de colorines y decimos "dame ese más oscurito", ese color no es indicativo de fortaleza o suavidad. Sin embargo es una buena elección, es un buen puro barato.
La manufactura del puro es la siguiente, se recolectan las hojas y se reservan en un almacén. A tener en en cuenta, que las hojas más grandes, las de abajo son las más maduras y las mejores. Según el tiempo de almacenaje las hojas adquieren más sabor y fuerza. Se hace un tirulo, que es un puro en basto, compuesto por la tripa que son de tres clases, de picadillo (yo pefiero abstenerme), de tripa corta o media tripa y de tripa larga que son los mejores. La tripa se hace con una mezcla de tabacos que darán el sabor al puro. Se plega la tripa y se cubre con el capote, una hoja completa ya seleccionada para dar un sabor característico. Todo ello se envuelve en la capa, que es lo que se ve, que se hace con las mejores hojas una vez despalilladas (quitados los nervios de la hoja) y sometidas a un proceso especial que le da el aspecto que vemos, fina y elegante. El Puro Heho a Mano o torcido a mano es el que se ha hecho a máquina el tirulo y la capa se ha torcido a mano y el Totalmente a Mano es el que se ha hecho a mano todo el proceso.
El puro debe tener un aspecto bueno, limpio, sin nervios ni moho ni manchas ni rotos. Debe tener un tacto que no cruja, que ceda ligeramente. Si al apretar el pié (por donde se enciende) tira tabaco, indica que es de picadillo. No se debe chupar, ni meter un palillo ni meterlo en la copa de brandy. La mejor manera de encenderlo es con un mechero de gas dando unas vueltas. Debe tirar bien aunque no es raro que tengan andullos que dificulten el tiro. Si no se fuma, se apaga. No hay problema, lo volvemos a encender, pero no debemos dejarlo para luego. Debe sorberse el humo con cuidado para no calentar el humo, que debe ser lo más frío posible. No es necesario pasarlo a los pulmones, se saborea en la boca. Al terminarlo, que lo decide quien lo fuma, porque hay a quien le gusta más según va cogiendo fuerza, simplemente déjalo en el cenicero y en dos minutos se apagará. si lo espachurras liarás una zorrera cojonuda, no conseguirás apagarlo y dejarás un olor insoportable.

 El Wisky.

Sólo decir que hay a quien le gusta sólo, pues hala, pero hay conocedores que piensan que tomado así, lo único que consigues es quemarte las papilas momentáneamente y no conseguirás saborear los matices del licor, que lo mejor es con una cantidad de agua de entre el 10 y 20 % y ahí notarás los matices de la madera y del cereal. Eso si, cuanto mejor sea el agua, menos influirá en el sabor.
Para los licores es fundamental un buen hielo. Merece la pena comprarlo, que sea compacto, trasparente y sin vetas.

 Y el Sexo.

De jóvenes valoramos enormemente la expontaneidad, que surja la circunstancia. El deseo siempre estaba ahí y sólo hacía falta dos personas que se atrayeran (o ni eso) para que surgiera el deseo y hala, se liaba la mundial. Pero ya no somos tan jóvenes, el deseo no viene tan pronto, nunca es el momento y además como seguimos valorando la expontaneidad, siempre hay algo más importante y el deseo no viene, la expontaneidad no se produce. Se pondrán los planetas en línea antes de que eso surja (que va a ser que no). Por eso al deseo hay que llamarlo para que venga, dejarlo venir, esperarlo, acogerlo.
 El afrodisíaco que mejor funciona es la abstinencia por un lado y la relajación por otro. De modo que demos un tiempo al sexo. Mételo en la agenda común, pon un día y una hora, haz una cita y por supuesto, ponte en disposición. Introduce algo paralelo, una degustación mínima de algo rico, jamón del bueno, bebe un vino, una copa, una peli, que sea un tiempo para los dos. Joder, si se produce la alineación de los planetas (que va a ser que no) pues oye, hínchate, como dicen en la garantía de los coches, un año o 100.000 kms, lo que se produzca antes.