Llegamos al hotel despues de sufrir el tráfico napolitano. Me asombra ver un escudo de la Juventus en una estantería de la recepción. ¡En Nápoles! ¡Qué valor le echa el recepcionista! Pero no. Me fijo bien y veo que es un rollo de papel higiénico decorado con el escudo de la Juve ...
Jueves. ¡Qué bien saben cruzar las calles los napolitanos! Cuando yo veo venir una estampida de motos y automóviles, ellos se arrojan a la calzada con toda tranquilidad a la calzada y llegan sanos y salvos a la acera de enfrente. Sin despeinarse. Sin embargo a mi, las motos casi me atropellan hasta en la acera; si no es así es gracias a lo habilidosos que son. Hoy visita a Pompeya: mucha ruina y mucho sexo. Lo resumo en dos fotos: