lunes, 2 de octubre de 2017

Crónicas canadienses II


Pasamos a la parte anglófona de Canadá. Primero, Ottawa, la capital.  Aquí, en este lado del rio, ya se habla de la reina (de Inglaterra). Los edificios más antiguos tienen un aire más british.



Por lo que vemos, a los lugareños les encanta la jardineria. Vemos a los jardineros con herramientas que parecen de cirujano, y los resultados saltan a la vista. Mirad que esculturas hechas con vegetales:









Al día siguiente, visita al parque Omega: como Cabárceno pero en grande. Dejo foto de algún bichito.






Toronto tiene otro aire. Ya no hay tantos edificios estilo europeo y abundan las torres de cristal. Muy moderno.



En Quebec hubo un referéndum por la independencia de la parte francesa. Salió,  por poco, que no, pero según el guía desde entonces y hasta hoy las empresas importantes huyeron de Ottawa y Montreal, muchas hacia Toronto, lo que explica su gran crecimiento en los últimos diez años.

Tras las rascacielos se ve la torre CN de más de quinientos metros de altura.



Desde Toronto fuimos al parque natural de las mil islas, en el rio  San Lorenzo, mitad de Canadá, mitad de USA. Bonito y con casas espectaculares en casi todas las islas.




Y para terminar con Canadá, visita a las cataratas del Niágara. ¡Qué gozada, con el calor que hacía, el viaje en barco fue muy refrecante! Qué bien nos vendría  por España un poquito del agua que por aquí tienen a mansalva.




C'est finie Canadá. Next New York  city.

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