A la mañana siguiente la cosa cambió. Todo lo que parecía sombrío y viejo mostraba un esplendor decadente a la luz del día. Su hermoso casco viejo se encuentra rodeado de multitud de calles llenas de edificios de principios del siglo XX muchos de ellos del estilo llamado Art Nouveau. Algunos resplandecientes, limpios y restaurados. Otros, aun sin restaurar, pasan desapercibidos a primera vista, pero son igualmente interesantes. El barrio donde nos alojamos estaba repleto de este tipo de edificios. Estábamos en la esquina de Aleksandra Caca Iela y Lacplesa Iela, dos hermosas avenidas. Muestro fotos de ejemplo:
Nuestra primera visita fue para la Catedral Ortodoxa de la Natividad, siempre con mucha actividad de bodas, bautizos y turistas. Desde la cafetería del cercano hotel Radisson son hermosas las vistas de la catedral, el parque y toda la ciudad:
La ciudad nos resultó muy agradable, sin demasiados turistas, comida buena y barata, muy bonito el casco viejo, sus iglesias y edificios antiguos, sus parques, con mucho ambiente en bares, cafeterías y parques. El río Daugawa es ya muy caudaloso, próximo a su desembocadura.
Había turistas españoles, ¡cómo no!, pero no muchos. La impresión era de que la mayoría de los turistas eran del propio país o de países próximos como Rusia.
Había turistas españoles, ¡cómo no!, pero no muchos. La impresión era de que la mayoría de los turistas eran del propio país o de países próximos como Rusia.
Intercaladas entre estos edificios Art Nouveau contrastaban espectaculares casas de madera también muy interesantes.
Visitamos también el Mercado Central y la Academia de las Ciencias de Letonia, edificio de estilo soviético. En este barrio vive mucha población de origen estranjero, rusos en su mayoría.
Nos llamó la atención abundancia de vagabundos que parcían haberse pasado un poco con el vodka.
Como casi siempre nos hicimos rápidamente con los sitios donde comer bien, cosa que no es dificil en Riga. Tienen buenos restaurantes y para comer barato y comida bastante buena estan los Lido y los Pipas cadenas de resturantes autoservicio donde comíamos estupendamente por unos 5 euros por cabeza.
Y en el barrio teníamos la panadería del "kazajo" donde comprábamos unas deliciosas tortas que deborábamos como si no fuésemos a comer en días.
Hicimos también un día de excursión por el valle del río Gauja.
Algunos, los más jóvenes, aprovecharon para lanzarse a "sobrevolar" sobre el río.
Después, paseito por el campo y un poco de relajación haciendo el "canelo"
También visitamos el espectacular palacio de Rundale cercano ya a la forntera con Lituania.
Muy bonito, pero lo que más me ha llamado la atención es ver calles sin coches, como si fuese una ciudad abandonada.
ResponderEliminarLos fines de semana y los días de entre semana, según horas, efectivamente parecían calles peatonales. Y sin embargo en las horas punta podían estar atarascadas de coches y con mucho ruido.
ResponderEliminarQué bonito y tus modelos se van haciendo mayores reportaje a reportaje
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