martes, 13 de diciembre de 2011

Otoño en Buenavista, por Cocolis

En las zonas urbanas también hay otoño. Así es como está Buenavista. Es menos bucólico, pero no menos melancólico y si no que se lo digan a estos perros. Nube me mira como considerando si darme un mordisco o decidir si es que soy tonto escondiéndome detrás de ese trasto tan pequeño. Creo que considera mejor lo segundo. Pero su sombra es alargada, son las once de la mañana y ya ves, ya espera poco del sol.

Los paseos de los jardines han sido limpiados de hojas por el jardinero y me ha fastidiado la tristeza del otoño, con hojas, un tipo de espaldas que se aleja por el camino y un sonido de chelo serían los elemetos perfectos para las lágrimas, pero no, la tenue luz y el brillo de los árboles nos dan esperanzas de un día maravilloso.

Trizas está indecisa en el paseo de tierra. Pese a su estatura, también su sombra se alarga, pero a ella no le importa y le importó aún menos el cambio de hora, creo que pensó que no era otra cosa que la inestabilidad de esos seres que viven es su casa, unos días se levantan antes de las 7 de la mañana y otros a la hora que les da la gana. "Humanos , pero los quiero tanto".

Ahhhh, y el árbol gordo del Pica-Pan. Da sombra en verano, una espléndida sombra y ahora su sombra no molesta, está por ahí, no queriendo fastidiar la terraza del bar. Buen árbol. Podía ser el reloj biológico anual. Como va el árbol va el año.

Y Toledo. Las brumas del Tajo dejaron ésta imágen estos días pasados. Es lo que se ve desde mi barrio. Desde nuestro barrio.

El jardín de mi urba.





Cocolis.

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